LA FAMILIA: EL ENFERMO INVISIBLE

A menudo, cuando pensamos en una enfermedad mental, visualizamos el sufrimiento de la persona; sin embargo, cuando cuenta con el apoyo de la familia, la familia se convierte en un paciente inconsciente e invisible. Los miembros de la familia son considerados el equipo de apoyo; rara vez se reconoce su sufrimiento y estrés. Estas madres y padres cansados, hijas e hijos, esposos y esposas también merecen atención. Si repasamos el impacto a nivel mundial, en países como India por ejemplo, la familia es el recurso clave en el cuidado de los pacientes con enfermedad mental debido a sus tradiciones y volumen de población. Además, en la sociedad china, Pearson y Lam, 2002 observaron que “en países con bajos niveles de ingresos y numerosos factores estresantes existenciales, los cambios en la estructura familiar pueden hacer que la carga del cuidado sea aún más onerosa o molesta”. (Avasthi, A., 2010)

Del mismo modo, cuando nos enfocamos en los síntomas de salud mental con respecto al impacto familiar, puede crear una red de dudas, confusión y caos. Sin saberlo, la persona con enfermedad mental puede dominar a toda la familia mediante el control y el miedo o la impotencia y la incapacidad. Como un agresor, la enfermedad mental domina a la víctima principal y a sus seres queridos. La inestabilidad, la separación, el divorcio y el abandono son consecuencias frecuentes de la enfermedad mental en la familia.

FACTORES QUE IMPACTAN A LA FAMILIA

Los cinco factores que unen a las familias a la desesperación por la enfermedad de su ser querido ,en mayor o menor medida, son el estrés, el trauma, el duelo, la pérdida y el agotamiento.

El estrés es la base de la experiencia familiar de la enfermedad mental. Hay tensión constante, pavor y preocupación porque la enfermedad puede atacar en cualquier momento. Es común que los miembros de la familia “anden con pies de plomo”.

Otra forma de trauma es el “trauma del testigo”, en el que la familia observa con impotencia cómo sus seres queridos son torturados por sus síntomas. Este tipo de dinámica familiar a menudo puede inducir el desarrollo de síntomas traumáticos como pensamientos intrusivos, distanciamiento y trastornos físicos. El resultado puede ser estrés traumático o trastorno de estrés postraumático. Gran parte de la desesperación de la familia es el resultado de tratar de administrar y controlar lo que no puede. Saber cuándo intervenir es una de las lecciones más difíciles que debe aprender una familia.

El duelo se produce a partir de este régimen constante de pérdida. Los miembros de la familia pueden pasar por un duelo prolongado, que a menudo no se diagnostica ni se trata. El duelo se centra en lo que la vida no será.

La pérdida se encuentra en la naturaleza misma de la vida familiar. Los familiares reportan pérdidas en su vida personal, social, espiritual y económica. Sufren pérdidas en privacidad, libertad, seguridad e incluso dignidad.

El agotamiento es el resultado natural de vivir en tal atmósfera. La familia se convierte en un recurso emocional y monetario inagotable, y debe manejar con frecuencia las inquietudes, asuntos y problemas del ser querido enfermo.

Otros síntomas pueden ser estrés, preocupación, ansiedad,  depresión y pueden dejar a la familia agotada emocional, física, espiritual y económicamente. Los miembros de la familia pueden desarrollar síntomas que incluyen negación, minimización, promover inconscientemente el desarrollo del comportamiento inapropiado y su alta tolerancia, confusión, duda, culpa, depresión, y otros problemas físicos y emocionales.

¿Qué pueden hacer las familias?

En respuesta al dolor, la familia puede aprender a desarrollar un enfoque disciplinado para hacer frente a su situación.

Primero, pueden transformar la forma en que piensan y sienten y pasar de la negación a la aceptación. Cuando se enfrenta y acepta la realidad de la enfermedad, comienza la curación.

La segunda transición es un cambio de enfoque de la persona mentalmente enferma a cuidarse a sí mismo. Este cambio requiere el establecimiento de límites saludables.

La tercera transición es pasar del aislamiento al apoyo. Enfrentar los problemas de vivir con una enfermedad mental es demasiado difícil de hacer solo. Los miembros de la familia necesitan trabajar dentro de un marco de amor. Esto facilita la relación con la enfermedad con distancia y perspectiva.

El cuarto cambio es que los miembros de la familia aprendan a responder a la persona en lugar de a la enfermedad misma.

El quinto y último cambio hacia la sanación ocurre cuando los miembros encuentran un significado personal en su situación. Esto eleva las historias personales, privadas y limitadas de la familia a un nivel mucho más grande y heroico. Este cambio no cambia lo que sucedió ni quita el dolor, solo hace que las personas se sientan menos solas y más empoderadas. Crea elecciones y nuevas posibilidades. Personal, H. (22 de diciembre de 2021)

APOYO A TRAVÉS DEL SERVICIO DE SALUD PÚBLICO

Intervenciones terapéuticas tempranas, incluidas las intervenciones familiares, deben centrarse en ampliar la capacitación de los pacientes y familiares clave sobre la recuperación del bienestar, la capacitación en habilidades y el reparto de tareas domésticas y de cuidado personal.

El acceso a un mejor tratamiento para los pacientes es muy importante. Esto incluye medicamentos, intervenciones psicosociales y servicios de rehabilitación. Los cuidadores deben recibir apoyo a través de programas activos de apoyo y orientación en lugar de quedarse en la estacada.

Se debe prestar más atención a la salud mental y el bienestar de los cuidadores familiares mediante el desarrollo de una teoría de rehabilitación aplicable localmente, probando las intervenciones en cada país o región según la tradición y viendo si se pueden aplicar. (Avasthi, A., 2010)

REFERENCIAS

Avasthi A. Preserve and strengthen family to promote mental health. Indian J Psychiatry. 2010 Apr;52(2):113-26. doi: 10.4103/0019-5545.64582. PMID: 20838498; PMCID: PMC2927880.

Pearson V, Lam PC. Family Interventions in Mental Illness: International Perspectives. In: Lefley HP, Johnson DL, editors. On their own: caregivers in Guangzhou, China. Westport, CT: Praeger; 2002. pp. 171–83.

Staff, H. (2021). The Effect of Mental Illness on the Family Relationship, HealthyPlace.

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